Tuesday, December 16, 2008

Hablemos de Taxis



Una de las peculiaridades de Filipinas, es su peculiar cultura de servicios de transporte privado. Los filipinos han convertido el centenario negocio que empezara las familia Tassi, allá por el siglo XVI, en un arte en si mismo; una experiencia vital y un servicio personalizado. Por que vamos, sólo me falta conducirlos yo.

La experiencia comienza esperando al taxi mientras esquivas coches en la calzada ya que, debido al civismo imperante en esta ciudad, todas las calles están valladas; supongo para evitar que se conduzca por la acera.

Una vez atraída la atención del taxista has de convencerle de que te lleve, y es que el hecho de estar dispuesto a pagar no es suficiente, le tiene que gustar a donde lo mandas; además los taxistas filipinos son muy elitistas y no recogerán a cualquiera. Los días de lluvia sólo paran en los edificios.

Es preceptivo que como pasajero; te acuerdes de aleccionar al taxista para que conecte el taxímetro (en teoría no ponerlo está multado con 4.000 pesos, pero te timzn igual), en caso contrario te cobrará un precio fuera de la realidad + un plus por ser blanco.

Una vez el taxista te ha recogido conviene que le indiques a donde vas, con total precisión (es recomendable el llevar un mapa y haber memorizado el camino) porque; rara vez saben a donde van (tienen una cierta idea de donde está el norte y tal vez el aeropuerto, pero eso es todo).

Un taxista Pinois es incapaz de reconocer que no sabe donde va, así que repetirá el nombre de la calle que le hayas dado como un mantra (Ej. "Ayala Ave, ayala ave, ayala ave, ayala ave") para darte seguridad, si además le preguntas “are you sure?” responderá con un inequívoco “yes sir” pero jamás te dirá como se llega (eventualmente paran en algún cruce y preguntan a los peatones).

Esto se debe a otra gran tradición cultural del país; el no poner números en las calles (bastante que hay calles), las últimas calles numeradas las construyó el general Mc Arthur allá por la segunda guerra mundial, desde entonces se construyen sin numerar (con lo que al final terminas arreglándote con nombres de esquinas, yo vivo en Ayala corner Gil Puyat, ó con los de edificios, en frente del edificio RSBC.

Los días de tráfico denso intentaran además cobrarte un extra conocido como “very trapic sir” ó el “comme on sir, plus pifty”. De noche intentarán no poner el taxímetro y directamente regatear sobre un precio unas 3 veces superior a lo que vale el trayecto. A todo esto tienes que añadir diversas pegatinas sobre tarifa que va pegando la administración local en plan “+10php porque lo dice Mr Landon” (creo que es el jefe de tráfico ó el Dios local de los taxistas).
Este señor Landon, conocido de nuestro becario de cámaras Fernando, quien lleva ya varias denuncias infructuosas contra taxistas, (porn dejarale tirado en la autovía por no pagar el “very trapic sir”) el otro día nos enseño un truco curioso; dar la dirección de una comisaría de tráfico al conductor y negociar las tarifas allí mismo.

Yo personalmente, para evitar los timos, los llevo a casa ó al trabajo diciéndoles a todo que si, y luego si se han pasado mucho, les doy lo que cuesta realmente el viaje y les dejo hablando con la seguridad de mi edificio.

1 comment:

perfilbajo said...

a ver si algun dia resucito mi cronica sobre los taxis de manila, me la han tirado 3 veces en madrid porque no les parecia serio...